sábado, 24 de mayo de 2008

OTRA BOFETADA DEL DERRUMBE


VOCACION DE SOMBRA

Yo no sé enhebrar los dedos en los círculos del humo,
Ignoro el sufrimiento que el agua experimenta
Cuando aprende a ser vapor.
Desconozco el sentimiento del carbón antes de arder
Y del árbol, al saber su destino ineludible de madera.

El ciclo perpetuo cumple su objetivo
Y yo sólo he pestañado un par de veces.
La historia es una pincelada diminuta,
El gramo que alimenta al pájaro de niebla,
La sombra mortecina de un pequeño monolito.

Pasajeros, nada más que pasajeros,
Observadores de arena
Situados tras la reja alquitranada.
Impacientes tejedores de cadenas,
Afanosos postulantes al diploma de pared.

Autor: Rodrigo Torres López.

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Derrumbes...

Muchas son las bofetadas que el derrumbre descarga sobre las edificaciones que alguna vez fueron el centro absoluto de atención. Las fotografías muestran el lugar en donde hasta hace poco se hallaba el insigne Cine Rex de Rancagua y, lógicamente, la galería comercial que lo precedía: el Pasaje Rex. Recuerdo haber visto muchas películas en platea alta; de niño: El Regreso del Jedi, El Padrecito, Los Cazafantasmas, Amos del Universo, Cocodrilo Dundee. Ya más grande: Terminator 2, El Joven Manos de Tijera, The Doors... Recuerdo la locura en el estreno de Batman (1989), al que no asistí..

Costos de mantención, progreso, férrea competencia, indiferencia del público, en fin, múltiples razones sobre las cuales uno puede sólo especular.

El poema que precede a este texto, fue escrito hace alrededor de un año por mí (como los anteriores publicados, cuya data es más reciente) y habla un poco de nuestra condición efímera y frágil. Y cuando digo nuestra condición, incluyo también a aquello que creamos (edificios, jardines, apuntes literarios, relaciones amorosas, etc.). Es necesario mantener siempre presente esta condición y existir y coexistir en base a tal premisa.

jueves, 15 de mayo de 2008

HUMEDAD PERDULARIA

LA OSCURIDAD NOS ESTRAGÓ LOS OJOS

La oscuridad nos estragó los ojos
Consumiendo con su velo hasta sus tan
Aliadas sombras;
Luego sobrevino un silencio de vértigo y altura,
De cuarto abandonado o de caverna inexplorada.

Repentina fue su voz de ensueño milagroso
Que derrotó el vacío y diluyó la impronta
Que el temor trazaba en el espacio;
Su voz acaricio mi pecho y derrumbó
Los altos tajamares invisibles.

La distancia se incendió cuando mi boca
Fundió su temple dentro de la suya,
Cuando mis dedos dibujaron lunas en sus senos,
Cuando mi espalda fue la trémula comarca
Donde sus manos instauraron su dominio.

En adelante fui una flecha proyectada
Hacia su vientre, un proceso de embestidas
Y fulgor oscilatorio;
Mientras ella, dulce y marítima estrella palpitante,
Me estrechó sobre sí en el húmedo arrebato.

Sobre el final, avalanchas de luciérnagas
Empaparon selvas y lagunas;
Ebrios de fluidos sacudimos los pilares
De la frágil existencia,
Abandonando fugazmente la cordura.

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La húmedad perdularia, compartida en los momentos íntimos por los cuerpos subyugados ante su implacable poder de fascinación. Pocas palabras se pueden agregar ante aquello que no se explica ni se entiende; sólo se vive.

domingo, 4 de mayo de 2008

La Bofetada del Derrumbe


Hondonadas

Condenso vendavales en mi anémico respiro
Cuyo ritmo bien parece un escuadrón de olas
Que desnudan su inequívoca muerte.

Me hago eco de pronósticos extraños
Y al observar las nubes de tristeza estacionaria,
Compruebo que no resta alternativa,
La flecha es una sola
Y la llevo atravesada desde siempre.

Qué decir, sino mirar
Y aventarme por los corredores
Que me traen de regreso.

Algo debo hacer con la guitarra que perdí.
Quizá quiera evocar aquellos memorables estribillos
De tonadas dolorosas.
Talvez condecorar ensoñaciones
Enclavadas bajo un mitin de tropiezos.

Digo que deje de ser aficionado a la nostalgia.
Soy un espécimen custodiado,
Aguardando la visita de minúsculos espectros;
Por lo tanto, mi garganta es una atroz caverna
Con su propio vía crucis.



Aquella casa.. hoy inexistente, se hallaba ubicada en la calle Bueras, de la ciudad de Rancagua, Chile. Al momento de registrar la imagen, los obreros estaban en plena faena de eliminación de la fachada, que a esas alturas, era lo único que restaba de tan maravillosa construcción.

La bofetada del derrumbe golpea casas y remece recuerdos, imágenes, diálogos, amores y desventuras que alojaron en su interior junto con sus habitantes.

La foto corresponde a Abril 2008 y aquel día, en el cual debía realizar una visita a un sector cercano, me había propuesto fotografiar la casa. Luego de mi diligencia - que palabra más antigua, pero que adecuada para el caso -, me dirigí a obtener mi ansiada imagen, pues admiraba la belleza de la construcción. Al asomarme a la cuadra, pude ver que aquel inmueble respiraría por muy poco tiempo. Apremiado y sentido, tomé mi cámara y disparé el obturador tres veces.

Me pregunto ahora... ¿Habrá sido la casualidad que me llevó ese día a realizar un trámite con empecinamiento, aun cuando podía efectuarlo otro día....? o ¿alguna otra fuerza que desconozco, golpeó las puertas de mi inconsciente, para invitarme a pasear por ahí?

Quiero compartir mis dudas con ustedes.

viernes, 2 de mayo de 2008

Regresos

Volver... regresar... todo vuelve, menos el tiempo. Cuando iniciamos un camino, también sabemos que hemos de considerar la posibilidad del regreso. Cuando nos despedimos, nunca cerramos la puerta del todo... quizás no es uno quien se va, quizás sólo somos arrastrados por esa garra implacable que denominamos destino.

Como sea, nos agradan los regresos..... y pretendo que este regreso mío se alargue más que mi partida.