Yo no sé enhebrar los dedos en los círculos del humo,
Ignoro el sufrimiento que el agua experimenta
Cuando aprende a ser vapor.
Desconozco el sentimiento del carbón antes de arder
Y del árbol, al saber su destino ineludible de madera.
El ciclo perpetuo cumple su objetivo
Y yo sólo he pestañado un par de veces.
La historia es una pincelada diminuta,
El gramo que alimenta al pájaro de niebla,
La sombra mortecina de un pequeño monolito.
Pasajeros, nada más que pasajeros,
Observadores de arena
Situados tras la reja alquitranada.
Impacientes tejedores de cadenas,
Afanosos postulantes al diploma de pared.
Autor: Rodrigo Torres López.
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Derrumbes...
Muchas son las bofetadas que el derrumbre descarga sobre las edificaciones que alguna vez fueron el centro absoluto de atención. Las fotografías muestran el lugar en donde hasta hace poco se hallaba el insigne Cine Rex de Rancagua y, lógicamente, la galería comercial que lo precedía: el Pasaje Rex. Recuerdo haber visto muchas películas en platea alta; de niño: El Regreso del Jedi, El Padrecito, Los Cazafantasmas, Amos del Universo, Cocodrilo Dundee. Ya más grande: Terminator 2, El Joven Manos de Tijera, The Doors... Recuerdo la locura en el estreno de Batman (1989), al que no asistí..
Costos de mantención, progreso, férrea competencia, indiferencia del público, en fin, múltiples razones sobre las cuales uno puede sólo especular.
El poema que precede a este texto, fue escrito hace alrededor de un año por mí (como los anteriores publicados, cuya data es más reciente) y habla un poco de nuestra condición efímera y frágil. Y cuando digo nuestra condición, incluyo también a aquello que creamos (edificios, jardines, apuntes literarios, relaciones amorosas, etc.). Es necesario mantener siempre presente esta condición y existir y coexistir en base a tal premisa.